martes, 21 de julio de 2009

This is ONCE!!

Recuerdo esa mañana especialmente.


Salí del taller después de la revisión de los 250 mil. “Hay filarmónicas que ya les gustaría funcionar como su coche” soltó el mecánico para sentenciar que todo funcionaba a la perfección. 

Una vez en la calle, la sinfonía prometida no tardó en aparecer. Las marchas entraban suavemente siguiendo el ritmo que el tráfico dictaba, el acelerador entonaba una melodía propia de violín y todo esto chispeado por unos tímidos y progresivos toques de freno. 

De repente, los vi de lejos y tuve una mala sensación. Algo nada bueno se estaba maquinando y no lo íbamos a saber hasta el día siguiente. Fue, en el tercer bocado al donuts jugoso, al levantar el peso pluma del periódico, al leer el enorme titular a toda página. 

Mis ocupantes se sobresaltaron y, ¡de que manera! No paraban de golpearse contra mi volante y salpicadero. Ellos se fustigaban y a mi me daban mi merecido por haber funcionado correctamente.

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