viernes, 24 de julio de 2009

¡Al loro!




5 dedos tiene una mano. 
Las personas tenemos 5 sentidos. 
5 goles a favor es una goleada. 
Y 5 son los pedos que se ha tragado Senbei en menos de 1 hora. 
De este último, especialmente fétido, nació una promesa: no comerse un pedo más. 

Ginecólogo de profesión e inventor de pacotilla por vocación, consideró que lo más eficaz sería hacer visible al pedo, de esta manera lo podría esquivar, como si se tratara de un balón de fútbol. No tardó más de 3 días en dar con la fórmula capaz de dotar de forma y color al pedo. Sin perder tiempo se encaminó hacia el río que suministra el agua a la ciudad y vació el contenido.

El resultado fue el esperado. A la mañana siguiente, el regalo matutino del conductor del bus se fue hinchando hasta alcanzar todo su esplendor y sólo entonces empezó a flotar a sus anchas ante la sorpresa de los otros ocupantes, mi satisfacción personal y la ruborización de nuestro generoso conductor. En cambio, un grupo de monjas un par de asientos más allá se quedaron inmóviles permitiendo al ovni fétido invadir sus fosas nasales al tiempo que liberaban una mueca de repulsa.

 


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