martes, 5 de mayo de 2009

Manolito el ocupado.


Manolito creció rodeado con su Xbox 360, el portátil de casa con acceso a internet, su tabla dj, la moto, la btt, las lecciones semanales de Taekwondo, los partidos de fútbol, Disney Channel y Belén Esteban.

Todo un abanico de actividades que le apartaban de la lectura.
No leía porque no tenía tiempo y el cerebro necesitado de experiencias visuales o corporales rechazaba cualquier página en blanco con cierta simetria negra.

Pero el "Mein Kampf" era diferente.
De inmediato se sintió atraído, algo dentro suyo despertó y fue acrecentando a medida que el libro avanzaba. La luz interna desarrollada lo llevó a reservar un ejemplar de la "Biblia". 

Sentía que empezaba a encontrarse con sus propias bases conceptuales. Con todos los mensajes dentro percibía que necesitaba saberlos transmitir para así iluminar al mundo. Fue cuando "El Marketing" entró en su biblioteca y lo convirtió como lo conocemos hoy.

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