sábado, 16 de mayo de 2009

Forever Travellers.


Desde el exilio proclamo que somos gente pacífica.

Hace poco tuvimos q abandonar por enésima vez nuestra colonia.

De repente apareció mi primo Gruyerix consternado tosiendo de mala manera, por una gragea de Dulcolax que lo pilló despistado e inmediatamente la desesperación, el kaos y las carreras en todas direcciones para salvar la piel invadieron el campamento.
No es la primera vez que nos pasa esto. Si no son grageas son escobazos, si no trampas con queso o coca cola como cebo, gatos, boas, equipos de fumigación o hasta ejércitos de campesinos.

No entiendo que le hemos hecho a la sociedad para que nos trate así.
¿Será por qué no aportamos nada? no eliminamos pulgas, ni favorecemos el crecimiento a velocidad supersónica de las patatas, ni fabricamos ningún líquido viscoso que aporte nutrientes a los humanos. Somos prescindibles e inútiles. Para lavar nuestra imagen, estoy reclutando una nueva raza de ratas especializadas en cuidar piscinas. Pero tiempo al tiempo.

Nos llevan tachando de sucias desde siempre. A lo mejor tiene algo que ver con el color de nuestra piel, un poco desagradable reconozco, aunque tampoco creo q sea la razón ya que nuestros primos albinos de Laboratoria sufren el mismo trato, o peor aún al estar en primera línea de fuego a los experimentos inverosímiles que los bipatas hacen.

En fin, es cosa de nuestro destino. No creo que nada cambie.
Seguiremos desafiando constantemente a la muerte, abandonaremos campamentos, descubriremos nuevos horizontes y nos asentaremos nuevamente hasta que una nueva amenaza nos devuelva al exilio.

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